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Los 10 mandamientos

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Los israelitas habían estado viajando en el desierto por cerca de tres meses (los cuales son un poco más largos que las vacaciones normales de verano) cuando llegaron al Monte Sinaí. Ellos se iban a quedar allí por un tiempo ya que tenían excelente cobijo de la montaña.

Moisés decidió subir la montaña para hablar con Dios. Recuerda que esto no era tan fácil para Moisés, porque ya tenía 80 años de edad. 


 

Así que Dios habló con Moisés y le dijo que les dijera a los israelitas que se prepararan. Moisés bajó a decirle al pueblo que se bañaran y limpiaran todas sus ropas.

Al hacer esto el pueblo se estaba preparando para escuchar palabras importantes de Dios.

Por eso es que siempre nos vestimos bien o nos aseguramos de usar ropa limpia al ir a la iglesia. Eso nos hace comportarnos un poco mejor y mostrar respeto a Dios.

 

Historia de los 10 mandamientos

En la tercera mañana luego que Moisés había hablado con Dios, los israelitas estaban ocupados preparando sus desayunos cuando de repente retumbó fuerte y salió un rayo de luz sobre la montaña. Cualquiera que dormía todavía fue sorprendido y se despertó repentinamente. Todos salieron a mirar y justo sobre la montaña había relámpagos y truenos, y una nube muy gruesa pendía sobre la montaña así que no podías ver la cima. Incluso la montaña se sacudió y se pudo escuchar el sonido de trompetas que sonaban muy muy fuerte. Así que Moisés subió a la montaña a escuchar a Dios una vez más.

En esta oportunidad Dios le dijo a Moisés, “Baja al pueblo y diles que no te sigan hacia arriba de la montaña, la montaña es un lugar especial porque yo estoy aquí”. Así que Moisés advirtió al pueblo no tocar o acercarse a la montaña.

Después de eso, Moisés volvió a subir la montaña. Pero en esta oportunidad permaneció allí por un tiempo largo (40 días y 40 noches). Dios seguramente tenía mucho que decirle. Dios quería instruir a la gente sobre cómo vivir. Al seguir Sus reglas ellos tendrían menos tristeza en sus vidas. Dios solo quería protegerlos.

Es como cuando nuestros padres nos dan reglas para protegernos: mirar a ambos lados antes de cruzar la calle, no golpear a nuestro hermano o hermana. Ellos nos dan reglas porque nos aman y saben lo que es mejor para nosotros.

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El primer mandamiento es 'Amarás a Dios sobre todas las cosas'. Esto quiere decir que Dios debe ser puesto antes de todo lo demás. El primer mandamiento significa que se ha de alimentar la fe y rechazar todo lo que se opone a ella.

Debemos creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas:

1. Creer en Dios que es mi Padre, me ha dado la vida y me ama.
2. Confiar en Dios porque es mi Padre y me ama infinitamente
3. Amar a Dios más que a nada y a nadie en el mundo.

El segundo mandamiento es 'No tomarás el nombre de Dios en vano'. Este mandamiento prohíbe el juramiento en falso, es decir, usar el nombre de Dios para hacer creer que lo que se afirma es verdad.

Para saber si cumplimos con este mandamiento nos podemos preguntar:

• ¿Uso el nombre de Dios de una manera cariñosa y con respeto, sin jurar en vano el nombre de Dios?
• ¿Respeto las cosas de Dios (capilla, Biblia, rosario, etc.)?
• ¿Trato de manera respetuosa a los sacerdotes y personas consagradas al servicio de Dios?
• ¿He cumplido con las promesas que he hecho?
• ¿He jurado en falso?
• ¿He cumplido las promesas que he hecho a Dios?

El tercer mandamiento es 'Santificarás las fiestas'. En este mandato se pide que el cristiano acuda a misa los días festivos, es decir, los domingos y los días fijados por la iglesia como días de guardar.

Para saber si cumplimos bien con este mandamiento, podemos preguntarnos:
• ¿Voy a Misa los domingos y fiestas que manda la Iglesia?
• ¿Hago un esfuerzo por estar muy cerca de Dios durante la Misa y escuchar lo que me quiere decir?
• ¿Pienso en Dios los domingos?
• ¿Ayudo a los demás para que puedan descansar?

 

El siguiente mandamiento es 'Honrarás a tu padre y a tu madre'. Con este mandamiento Dios quiere que todo el mundo comprenda que no solo se le ha de agradecer a él el hecho de habernos dado la vida, sino que se ha de hacer lo mismo con los progenitores.

Para saber si cumplimos con este mandamiento podemos preguntarnos:
• ¿Ayudo material o espiritualmente a mis padres?
• ¿Soy agradecido con mis padres?
• ¿Los acompaño en su vejez?
• ¿Les demuestro amor?
• ¿Soy agradecido con ellos?
• ¿Los acompaño en sus enfermedades?

 

El quinto mandamiento es 'No matarás'. Este mandato prescribe conservar y defender la integridad de la vida humana y prohíbe todo aquello que atenta contra la dignidad y la vida de las personas.

Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo, cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada.

El sexto mandamiento es 'No cometerás actos impuros'. En este caso se asocia la pureza a una virtud, y actos como el adulterio se consideran no puros y, por tanto, la Biblia no los permite.

Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma.

Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos conservar. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo

El séptimo mandamiento es 'No robarás'. Éste insta a no apropiarse indebidamente de los objetos de otras personas.

Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación.

El octavo mandamiento es ¨No mentirás¨

Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar.
Para cumplir este mandamiento, debemos decir la verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:

• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero?
• ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir?
• ¿Hablo bien de las demás personas?

El noveno mandamiento es 'No consentirás pensamientos ni deseos impuros'. Este mandamiento ordena vivir la pureza desde el interior y prohíbe todo pecado interno contra esa virtud, es

 

decir, los Para saber si cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:

• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero?
• ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir?
• ¿Hablo bien de las demás personas?

pensamientos y deseos impuros.

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El último mandamiento es 'No codiciarás los bienes ajenos'. El décimo mandamiento exige que se destierre la codicia e insta a intentar ser felices con lo que tenemos.

Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y agradecer lo que tenemos.

Para saber si estamos cumpliendo con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Soy feliz con las cosas que tengo?
• ¿Agradezco y cuido las cosas que tengo como un regalo de Dios?
• ¿Me pongo feliz por mis amigos cuando consiguen algo que yo no tengo?
• ¿Me pongo feliz cuando a los demás les pasan cosas buenas?

Preguntas

En qué lugar Dios le transmitió a Moisés los 10 Mandamientos?

Conoces el mandamiento nuevo que Jesús nos enseñó?

Reflexionamos

¡Al cumplir los mandamientos vamos a estar cerca de Dios y vamos a vivir más felices! Los Diez mandamientos son el mejor camino para llegar al Cielo.

Recuerda que para ser feliz nos conviene cumplir con los Diez Mandamientos que Dios le entregó a Moisés. No olvides que seguir las huellas de Cristo es imitarlo en su perfecto cumplimiento de las leyes de su Padre. Los católicos, además, seguimos el mandato de Cristo: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y, predicar el Evangelio a todas las personas.

Los 10 mandamientos

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